domingo, 5 de abril de 2015

Relojes rotos.



Son las cuatro, es de noche.
Y yo despierto, huyendo de los sueños.

Son las siete, sigo cuerdo.
Me levanto a por melancolía sin azúcar.

Son las nueve, no hay nubes.
Y a pesar de todo, huele a día gris.

Son las once, salgo fuera.
El aire sucio invade mis pulmones.

Son las una, veo visiones.
Y persigo a una chica rubia. No eres tú.

Son las tres, tengo hambre.
Es inútil, sólo tus besos me sacian.

Son las cinco, cierro los ojos.
Vuelvo a abrirlos. Creo escuchar tu risa.

Son las siete, hace viento.
Hace tiempo que no vuelo.

Son las nueve, tengo frío.
Y Bob Dylan me canta al oído.

Son las once, tengo miedo.
La cama está fría en el lado derecho.

Son las una, pasa el tiempo.
Y yo soy náufrago, anclado en los recuerdos.

Son las tres, la Luna me mira.

Le he mentido. Le he dicho que ya no te quiero.

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