jueves, 29 de enero de 2015

Personajes; X.

Este personaje ha sido creado con la tinta de A (@backtoimagine) y L (@tintayversos).


Precaución ante ella y sus ojos que gritan pertenecer a otro lugar.

Precaución.

Parece no pertenecer a este mundo con sus ojos que asimilan cambiar de color a cada nuevo vistazo que les dedicas.

Sí, precaución; su pelo indica que de este mismísimo mundo no es.

Pensarás: ¿Se parece al cielo azul?

Pero no, es como el mar en los días de Tormenta,

el mar cuando parece que llora

o el mismísimo cielo

al apagarse y dejar entrada

a la Noche.

 

Noche, como ella cuando se desliza

por tus pensamientos,

convirtiéndose en el sueño más temido

y la pesadilla más hermosa,

haciéndote creer que algún día será tuya.

 

Pero X nunca tuvo dueño.

 

X pende de un hilo sin colgarse de

las agujas del asfixiante Tiempo que

constituye el mundo.

Pende de una cuerda atada al cielo

y pisa este mundo procurando

no dejar mucha huella.

 

Cree que, si deja huella, algún día

acabará atándose;

y ella no quiere atarse,

porque atarse es asfixiarse,

perderse y olvidarse.

 

Y así, enamorarte de ella

es caminar por la cuerda floja,

saltar sin paracaídas y tener

fe ciega en el Amor,

ya que en cualquier momento

puede escaparse y dejarte a ti

con la cuerda al cuello

y un millón de versos que jamás

serán leídos.

 

Y entonces fingirá que nunca ha arañado

tu Alma con su mirada felina, que nunca

se desabrochó todas las dudas

para rozarte.

 

No, no te enamores de X,

 

X algún día se irá,

pero ella antes

que todos los demás.

 

Y así fue cómo me enamoré de ella.

 

La Tormenta que se derrama por

su espalda hasta llegar a las

caderas formaba un sinuoso río

en el que quería ahogarme.

 

El azul de su pelo contrastaba con

la palidez de su serpenteante cuerpo

haciendo que aquello pareciese

un fondo de cielo azul con nubes

esparcidas por él (y por mí).

 

El rojo de sus labios

que pedían a gritos ser besados,

aunque creo que, más bien,

las ganas procedían

de mis entrañas.


X siempre fue el personaje

del que no debí enamorarme;

y, finalmente, lo que no debes hacer

acaba siendo lo que realizas.

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