domingo, 11 de enero de 2015

En la ciudad de los sueños.

Te conocí de camino a la muerte
por algún barrio perdido
de la ciudad de los sueños.
Te conocí en el peor momento
por alguna razón que desconozco.
Dudo que exista el destino,
quizá haya un Dios que nos controle.
Pero estabas en aquella esquina,
disfrazada de lo que no eras,
perdida en una vida
de dolores de cabeza.
Cada noche, pasando frío,
en aquella carretera,
conocías a salidos
con dinero en la cartera.
No sabía si al bajarme,
me pondrías un buen precio.
Imaginaba que tenerte,
no era cosa de cien euros.
No quería hacer el amor contigo
en un hostal de carretera,
quería cenar
y hacerte sentir princesa.
Me enamoré como un niño,
de una prostituta callejera.
Y cuando se fue,
se llevó consigo lo que era.
Me dejó roto, desolado.
Quise que fuésemos eternos
cuando teníamos
hasta las manecillas del reloj
en nuestra contra,
que desafiáramos infinitos
que nunca habían tenido intención
de existir entre nosotros.

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