domingo, 25 de enero de 2015

De nuevo


Ella había decidido mirar al futuro.
(Sí, aunque no fuera fácil, aunque no estaba segura de ser capaz.)
Y su habitación estaba ahora inundada de marcos vacíos. Ya no había recuerdos, ni escalofríos ni lágrimas traidoras (de aquellas que deciden aparecer en los peores momentos). Había decidido que todo lo que habría iban a ser nuevas expectativas y sueños por cumplir.

La luz se filtraba por las cortinas escarlatas como si tuviese la intención de advertir otro amanecer. Salir de casa después de tanto tiempo suponía volver a enfrentarse al mundo real y volver a escuchar la música de la calle, conversaciones sin sentido, coches, gritos, risas, todo repitiéndose otra y otra vez, cual disco rallado e incansable. Todo había vuelto a su cauce. Y suponía regresar a un mundo por descubrir.
Todo lo que ella veía, los callejones, los peatones, las flores en los balcones y las casas a medio pintar, pertenecían a nuevas fotografías en su mente. A nuevas imágenes capturadas y congeladas por y para ella; algunas borrosas, otras desenfocadas, sin tener en cuente la iluminación ni la belleza ni la composición. Eran, simplemente, instantes; nuevas vivencias que iban a reemplazar aquellas pasadas que, al sacarles el polvo, seguían doliendo. Nuevas sonrisas, nuevas miradas, hasta algunos brillantes ojos.

Todo era otro empezar.

Lau, @latedawns_

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